MAMBO SIN MUROS

MAMBO VIAJERO

 

El MAMBO Viajero es un museo itinerante que busca democratizar el arte a través de exposiciones con reproducciones de obras de la colección del Museo de Arte Moderno de Bogotá, acercándolas a diferentes poblaciones. En el 2018 realizó una gira por 10 localidades de Bogotá con una muestra de algunas de las obras de la exposición El arte de la desobediencia, las cuales hacen parte de la colección del Museo. Dicha exposición estuvo abierta al público en la sede física del Museo hasta octubre de 2018. De igual manera, el MAMBO Viajero busca brindar experiencias artísticas, fomentar el aprendizaje sobre el arte moderno y contemporáneo y la apropiación del patrimonio cultural de los ciudadanos para contribuir con la transformación social en Bogotá.

En el año 2008, el Departamento de Educación junto a la Escuela de Guías, ven la necesidad de salir del Museo y visitar poblaciones de comunidades vulnerables de las localidades de Bogotá. El Museo de Arte Moderno de Bogotá ( mambo) comienza a visitar colegios y jardines, llevando reproducciones de algunas de las obras emblemáticas de la colección del Museo y realizando talleres artísticos. Teniendo en cuenta las limitaciones y dificultades de transporte, desplazamiento e instalación de dichas reproducciones, espacios y recursos de los colegios, y el reto que implica hacer accesible el Museo a más poblaciones, en el 2012 el MAMBO decide adquirir un contenedor móvil adecuado con mobiliario y equipo tecnológico portable para realizar las actividades en cada lugar. Esta iniciativa educativa se convierte entonces en un museo itinerante, y en un proyecto autónomo llamado el MAMBO Viajero.

Ese mismo año, el mambo Viajero realiza la primera parada en el Centro Comercial Gran Estación en Bogotá, donde fue visitado por más de 5.000 personas durante una semana. Luego se desplazó por 20 municipios de los departamentos de Boyacá y Cundinamarca en alianza con entidades públi cas y privadas, atendiendo a más de 20.000 personas. En el 2013, tuvo un alcance de más de 3.000 estudiantes de diferentes municipios de Cundinamarca y en el 2014 continuó la gira por más municipios, impactando a más de 9.000 estudiantes. Así mismo se realizaron 10.260 actividades en diferentes colegios públicos de 14 localidades de Bogotá, entre visitas guiadas y visitas talleres en los que participaron 200.000 estudiantes. Finalizó ese año con una ambiciosa gira que lo llevó por los departamentos de La Guajira y el Magdalena; en donde visitó Manaure, Riohacha, Uribia, Mayapo, 2 rancherías  Wayuu y Santa Marta, llegando a 7.383 personas. Culminó su primera serie de itinerancias en el 2015, con una exitosa gira por 10 localidades de Bogotá impactando a más de 23.000 personas. En el 2018, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura, el mambo Viajero se renueva y realiza una gira por 10 localidades de Bogotá con una muestra que reúne reproducciones de algunas de las obras de arte de la exposición ‘El arte de la desobediencia’, exhibida en el MAMBO de junio a octubre de 2018. La exhibición itinerante está acompañada de recorridos guiados y talleres que permiten el acceso al arte y la cultura a aproximadamente 6.000 estudiantes de distintos colegios públicos de Bogotá.

Este museo itinerante causa curiosidad y genera expectativa desde que llega. Cada pieza que lo compone (contenedor, biombos, archivo fotográfico y video) es un elemento novedoso para los estudiantes que participan activamente. De igual manera, representa un reto en la experiencia de la mediación, debido al sustancial cambio en la interacción del visitante de acuerdo al lugar en el que se encuentra. A través de la exposición y la interacción que se da entre los estudiantes y los mediadores, se promueve un mutuo entendimiento de las dinámicas del arte y la educación escolar, abriendo nuevos imaginarios para experimentar y entender el arte. Esta exposición toma aspectos de la vida que influyen de distintos modos en cada uno de los niños, niñas y adolescentes que participan en las visitas guiadas y los talleres ofrecidos. Se crea una “semilla de curiosidad” alrededor de las obras, se generan fácilmente conexiones con el contexto actual del país a nivel social, político y cultural, se cuestionan prejuicios, tabúes y elementos que les hace pensar sobre sí mismos y sobre la ciudad en la que habitan. A pesar de que las obras de la exposición se encuentren trazadas temporalmente entre los años de 1965 y 1984, las temáticas permiten a los estudiantes hacer un paralelo entre las rupturas del pasado y la actualidad de su sociedad.

La desobediencia es un tema controversial que causa resonancia en los participantes, a quienes les genera la necesidad de expresarse, de hablar de las connotaciones que carga esta palabra, de la ética y de los paradigmas. En el capítulo de Satisfacción, no satisfacción se evidencian las problemáticas alrededor de la construcción de género y el respeto por la identidad del otro,  el bullying , y otras manifestaciones que se presentan en su vida diaria. Al discutir estos temas, los estudiantes reflexionan sobre su entorno y sobre cómo valorar la identidad y las decisiones del otro.
En el capítulo Dioses y héroes se produce un espacio de reflexión sobre la idea de nación, la “legitimidad” de las instituciones, el papel que juega la política y la religión en la sociedad, así como el rol de los niños, niñas y adolescentes como ciudadanos(as) partícipes en la sociedad del mañana. También se habla de la identidad y la construcción del individuo por medio
de imágenes populares y símbolos nacionales. Capítulos como Concreto y Esto no es arte abren la discusión sobre las nuevas formas de hacer arte; dejar a un lado las maneras tradicionales como la escultura y la pintura para adentrarse hacia otras formas de creación como la instalación, el video, el cartel, la fotocopia y la fotografía, entre otros, abriendo un nuevo panorama a los espectadores. Se reflexiona entonces, acerca de los diversos medios que tienen los artistas para expresarse, desde los conceptos, el lenguaje, de que el arte no es una noción lejana y es algo que puede emerger de la propia experiencia y cotidianidad.

 

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